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lunes, 25 de octubre de 2010

Soledades...

El sentimiento de desolación cuando estás rodeado de todo el mundo solo puede llegar cuando tu mente y tu corazón no están en el mismo canal.

Hoy decidí hablar de ello, porque cuando camino por la calle y me fijo en lo vacío de la ciudad descubro que sólo estoy yo para llenar ese hueco, sólo yo puedo darle vida a algo que parece muerto.

Hasta la sensación de sentirme perseguido ha desaparecido, no existe nadie excepto yo caminando por esos lugares, la gente no se percata de que existo, esta vez ni siquiera intento llamar la atención para que noten mi presencia.

¿A alguien le importará? Puedo caminar y caminar, sin ser visto ni escuchado, de alguna manera esa soledad me libera, pero también  me atrapa, juega conmigo y en ocasiones me vuelve loco.

Un hola no estaría mal, aunque no se si vaya a responderlo, un abrazo siempre reconforta, pero no se si quiera recibirlo... de repente mientras sigo caminando el miedo comienza a recorrer todo mi cuerpo, un miedo por no saber que hacer, de descubrir que tal vez no tenga caso seguir caminando solo...



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