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martes, 12 de julio de 2016

Un embarazo.

Hace tanto tiempo que no escribía (nueve meses) que me di cuenta que me había faltado al respeto...

Tanto que debo comentar y pareciera que no quiero hacerlo. No ha sido una transición fácil, pero eso implica evolucionar.

Los reencuentros con el mar no necesariamente son historias felices, pero sí son historias de amor, eso no puede quedar en duda.

Aprender a querer es aprender a vivir y a morir, uno no siempre acepta la felicidad aunque la haya encontrado, eso se debe a que uno siempre cree que hay algo más adelante.

En mi generación es válido cuestionarse todo y los más vivos entendemos que la vida siempre va a cambiar. Nunca dejarás de aprender, eso siempre hay que agradecerlo... 

domingo, 20 de septiembre de 2015

lunes, 8 de junio de 2015

viernes, 17 de abril de 2015

Así fue el safari por el Barrio Bravo.

Me llamaron tres hora antes de comenzar el recorrido, la cita fue programada a las 14:45 en el metro Tepito dirección Buenavista, específicamente abajo del reloj, me recomendaron llevar zapatos y ropa cómoda porque el Safari está programado para que dure cuatro horas. Antes de colgar y después de darme las recomendaciones, la chica que me contactó me hizo una última pregunta: Oye Nicolás ¿A dónde te llevarían tus pies?, el cuestionamiento me tomó por sorpresa pero contesté casi de inmediato: A donde ellos quieran. La chica agradeció la respuesta y se despidió diciendo: Nos vemos al rato.

Emprendimos el viaje mi compañera reportera y yo hacia el punto de reunión, un par de estaciones antes de llegar a Buenavista caímos en la cuenta de que a ambos nos habían citado en lugares diferentes. Generalmente cuando hacemos reportajes vamos juntos para que mis fotos complementen su nota, pero esta vez la dinámica sería diferente y eso sonaba un tanto emocionante.

El metro estaba a reventar por la hora y no faltó el conato de bronca por culpa de los empujones. Ibamos ya con un retraso de 10 minutos, cuando mi compañera se bajó en el metro Lagunilla mientras yo continué una estación más esperando encontrar a mi equipo aún en el punto de reunión.

Cuando llegué a la estación Tepito en dirección a Ciudad Azteca ya se encontraba un grupo de personas enfilándose para salir de la estación, yo crucé del otro lado para encontrarme con mi equipo, que afortunadamente aún permanecía ahí.

Eramos 10, a todos nos tenían en una lista y conforme llegábamos nos ponían una palomita como hacían en la primaria para verificar que estuviéramos completos. Cuando estuvimos todos listos nos llevaron a conocer a Paty, la actriz que sería nuestra guía la primera parte del recorrido.

Lo primero que nos pidió fue que le mostráramos los zapatos, "están chidos estos" decía de algunos modelos que traíamos. Nos dijo que deberíamos caminar siempre uno detrás del otro y guardando una corta distancia, que nos fijáramos en todas direcciones porque en Tepito pasan peatones, motociclistas y diableros, además de que tuviéramos cuidado de donde caminábamos para no pisar nada que estuviera en el piso, igual la recomendación de no tomar fotografías en la calle porque hay personas que no disfrutan de ser retratadas.

Salimos de la estación con rumbo desconocido, caminamos detrás de Paty por varias cuadras, en el camino vimos la casa de "la eterna navidad", nos contó que por una encomienda en esa casa los adornos navideños nunca se quitaban, así mirando por la ventana se podía mirar un gran nacimiento dentro de ella. "Regresen a la fila" gritó Paty "debemos continuar". Caminamos un par de cuadras más y doblamos a la izquierda. La actriz se detuvo afuera de una vecindad, "aquí vive Irene, ella será nuestra anfitriona pero para poder entrar nos pide que todos se quiten los zapatos" Así que descalzos entramos por el pasillo hasta llegar al departamento de Irene y su familia.

Paty vivió con ella durante quince días, convivió con su familia y conoció a Irene en su contexto real, ambas abrieron su mente y corazón con la otra como parte del experimento. Cuando nosotros entramos Irene nos recibió con música a todo volumen e invitó al grupo a bailar, un par de minutos después nos invitó a tomar asiento en sus sofás y algunas sillas que estaban al rededor de la sala.

Con una cinta dividió la sala en dos para explicarnos un poco la geografía del barrio, "Ser tepiteño es ser drogadicto o vago" Nos contó su amor por el barrio y la relación con su hermana y sus padres aunque con el que mejor se entendió siempre fue con su papá, un hombre que ha dedicado gran parte de su vida a hacer zapatos en un taller cerca de donde viven, el señor siempre quiso que sus hijas estudiaran y en la sala de la casa pueden verse las fotos de graduación de ambas hijas.

Paty por su parte también tenía anécdotas que contar, nos hablo de su llegada al DF viniendo del estado norteño de Sonora, de las coincidencias que encontró con Irene durante su convivencia. "Vamos a comernos el puto mundo" gritaron en varias ocasiones dejando claro que no depende del lugar donde vivas si no de las ganas que tienes para hacer las cosas.

"El barrio te absorbe, si hay personas malas pero yo decidí estudiar y regresar, quedarme aquí porque me gusta ser tepiteña, creo que puedo hacer mucho por este lugar" Después de casi una hora de estar en casa de Irene ella nos ofreció un té, el sabor era muy parecido al ponche de frutas que se toma en Navidad, la receta incluía agua, guayaba, hojas de naranja y piloncillo.

Finalmente nos fueron devueltos los zapatos, Irene se despidió de nosotros y Paty nos condujo hacia el taller de zapatos del padre de Irene donde uno de sus trabajadores nos mostró de manera rápida como es que ellos fabrican el calzado que en su mayoría es vendido en el Mercado de Granaditas y otra parte es enviada a León, Guanajuato.

El tiempo comenzaba a estar encima de nosotros, así que con paso veloz caminamos una vez más con rumbo desconocido entre las calles de Tepito hasta que encontramos a un grupo de motociclistas que nos estaba esperando. Se nos entregaron unos cascos y nos convertimos en pasajeros durante unos minutos, las motonetas y motocicletas son un transporte muy concurrido por la banda del barrio, a veces hasta cuatro personas van sobre una de ellas.

Ya eran cerca de las 6:30 de la tarde y nos detuvimos en medio de varios puestos, algunos tepiteños nos miraban con desconfianza, éramos unos intrusos en su territorio. Nos e repente en una pequeña explanada se encontraba otro grupo que había salido de otra estación de metro, Paty nos presentó con ellos y el actor que los lideraba era Noé Hernández y la mujer que lo acompañaba era ni más ni menos que Lourdes Ruíz, La reina del albur.

Ahí hubo cambios de estafeta y el grupo que nos esperaba se fue con Paty mientras nosotros caminamos con Noé y Lourdes hacia una bodega ubicada a un costado del famoso estadio Maracaná de Tepito, ahí hicieron una pausa para mostrarnos con un proyector  un video que explicaba el proyecto y presentaba a todos sus participantes.

Cuando salimos de ver el video había oscurecido ya, la orden fue caminar en una fila y no separarnos del grupo, llegamos hasta una oscura vecindad y entramos, no había luz  el patio era utilizado como bodega por algunos comerciantes.

Lourdes alzó la voz y dijo: Yo mando en mi casa, pero fuera de ella sólo me queda decirles que yo no respondo, acá no se puede entrar con cámaras, si desean pasar deben dejar su equipo acá abajo, si no pues esperen a los que si quieren entrar. Un par decidió quedarse, yo preferí dejar mi equipo encargado pues la curiosidad me tenía bastante intrigado.

Subimos unas escaleras iluminadas con velas en el suelo, arriba en un pequeño departamento del nos fuimos instalando todos poco a poco, dentro se encontraba un hombre realizando un ritual de santería, todos como observadores guardamos silencio, quizá por respeto o miedo a lo desconocido.

Nuestra estancia ahí no pasó de los 15 minutos, Lourdes nos dijo: Vámonos. Y ante la orden todos comenzamos a salir nuevamente en fila por donde llegamos.

Salimos de la vecindad y caminamos en medio de los pocos puestos que permanecían instalados en la calle, llegamos hasta una gran unidad Habitacional, en la entrada había un pedestal con una placa que honraba a las 7 Cabronas de Tepito,  no había ningún monumento, el lugar vacío estaba ahí para ser llenado por cualquiera.

Nos adentramos a la Unidad habitacional que después supe se trataba de La Fortaleza, ahí en la planta baja de una de las torres se ubica la casa de Lourdes, cuando entramos nos ofrecieron un caballito de tequila y nos ubicaron en los sillones al rededor de la sala, la función estaba a punto de comenzar así que nos pidieron guardar silencio.

Es interesante mirar y enterarse de la vida de otras personas por medio del teatro, a veces no sabíamos si lo que escuchábamos era real o sólo una ficción para entretenernos.

Lourdes es una mujer famosa por ser campeona de albures, ha sido maestra de algunos interesados en el arte de jugar con el doble sentido, es dificil imaginarla seria, pero este proyecto la desnuda emocionalmente y se puede sentir al escucharla.

La función ahí terminó, no sin antes haber comido unos frijoles de olla y habernos tomado otro shot de tequila, pero era momento de continuar hacia la última parada.

Fue en un camellón donde nos encontramos con otros grupos, hicimos dos filas, igual que como lo hacíamos en la escuela, una junto a la otra. Noé nos pidió que a la persona que teníamos a un lado le hiciéramos una última pregunta: ¿Qué veríamos si te quitamos la máscara?

El ejercicio de hablar con un desconocido sobre algo no tan simple duró un par de cuadras hasta que llegamos a lo que parecía una cancha con gradas a los lados, el piso era de concreto y se nos invitó a tomar un lugar en donde quisiéramos, den las gradas de en frente se ubicaban ya la otra mitad de grupos que habían llegado antes que nosotros.

Se venía el gran cierre, un espectáculo de motociclistas que a ritmo de vals iban y venían de manera coordinada iluminando con sus luces a los que nos encontrábamos en las gradas. Llegó el momento de agradecer la asistencia de todos, los actores y sus parientes adoptivos dieron por terminada la función, nos agrupamos nuevamente en filas con nuestro respectivo anfitrión y fuimos guiados al metro donde todo volvió a la normalidad.

Acá algunas de las imágenes que pude tomar durante ese recorrido.
























miércoles, 31 de diciembre de 2014

Mi 2014.


La desventaja de despedir un año es que a veces se pierde la objetividad de lo vivido, generalmente los buenos deseos invaden a las personas y no necesariamente se dicen con honestidad. 

No puedo decir que este haya sido un año feliz, de hecho puedo confesar que ha sido uno de los más tristes por algunas razones. Lo que no voy a negar es que aprendí mucho, llegaron mis treinta con hartas experiencias nuevas y definitivo fue interesante vivirlas.

Me reencontré con viejos amigos y tuve la oportunidad de conocer a varias nuevas personas. Ustedes saben que soy coleccionista de amistades y a veces me cuesta trabajo identificar a las verdaderas de las interesadas, afortunadamente sigo confiando en que la gente siempre tiene algo bueno que aportarme. 

Este año estuvo cargado de muchas reflexiones nocturnas que me enfrentaron valientemente con varios de mis más terribles temores. 

Quedo agradecido con las personas que ven en mi al Nico que soy y seré siempre.

Mis incondicionales, ya ustedes saben son mis padres y mi hermano que con nuestro estilo particular de querernos mantenemos el equilibrio necesario para seguir unidos como una familia siempre dispuesta ayudarnos como sea y en las condiciones que sean.

Agradecimientos personales a l@s amigos de años, ellos que pase lo que pase siempre estarán tal y como lo hicieron en algún momento los últimos doce meses: Martha, Ayala, Temis, Román, Valdez, Gris, Seba y NaEl gracias.

Igual agradezco a esas personas que se cruzaron este año en mi camino y que decidieron detenerse un poco para escucharme y darme confianza para compartir experiencias.

Como en los últimos años ha sucedido, las amistades más cercanas que tengo comparten conmigo espacio y tiempo de oficina. Publimetro aún me hace sentir en casa a pesar de que a veces pasemos malos ratos, gajes del oficio que le llaman, pero al final sigo creyendo que trabajo con un buen equipo de personas que me apoyan y confían en lo que hago.

Y como soy de los que están seguros de que una imagen dice más que mil palabras, acá un resumen de fotos de esos momentos memorables que se quedan de este 2014!








































 Y a la distancia  siempre saludo a mi buen amigo Pablo que sigo extrañando por estas tierras y también Carolina por ser una gran persona conmigo!




En fin, lo bueno de este último día del año es que seguimos vivos, venga el 2015 con lo que traiga, siempre hay que andar emocionado por lo que sigue, gracias 2014, gracias familia y amigos!