Hace unas semanas regresé al mar con mi mejor compañera de viajes, había pasado mucho tiempo ya desde la última vez que vimos juntos un amanecer mientras caminabamos por la arena...
Superar la barrera de los tres meses de enamoramiento (dos veces ya desde que nos conocemos) no ha sido tarea facil, nos consta a ambos que los miedos simpre estarán presentes pero que no son imposibles de vencer.
Saben, hay algo en su risa que me emociona, algo que me hace pensar todos los días que vale la pena seguir adelante... Justo ahí, adelante, a donde por ahora aún no estamos seguros de dónde nos llevará el camino...
Lo más fácil es tomarnos de la mano y caminar, lo más dificil es entender los silencios y aceptar nuestros errores...
Si me preguntan, para mi Playa del Carmen fue nuestro hogar, Cozumel nuetra gran prueba y Tulum nuestra reconciliación... Nunca dejamos de aprender.
La convivencia diaria hace la diferencia, no hay viaje sin discusión pero tampoco hay viaje sin pasión, amor y mucha charla, al final descubrimos que todo es parte del folklore, al menos así lo llamamos...
A estas alturas de mi vida, a veces dudo el saber lo que amor significa, pero me queda claro que si pudiera ponerle nombre lo llamaría Lillian...
