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miércoles, 3 de agosto de 2011

Por los caminos del sur... unos meses después.

Eran las 9:30 de la mañana cuando el avión aterrizaba en suelo Chileno, después de pagar 23 dolares, pasar por la policía fronteriza y explicarle a los de la aduana que no traia droga en la maleta, pude salir y reencontrarme con mi gran amigo Pablo!!!

El aire frío me confirmaba que estaba muy lejos de la calurosa Ciudad de México, antes de llegar a casa pasamos a compar lo necesario para el asado, era el inicio de una semana con mucha buena vibra, aprendizaje, y convivencia con grandes amigos.

Sabía que había sido un error no haberme llevado una cámara conmigo para poder tomar todas las fotos que necesitara, pero al final siempre encontraría la manera de resolverlo.

Las primeras instrucciones fueron: Necesitas una tarjeta Bip para moverte en el metro y las micros de la ciudad. Santiago no es muy grande, pero al fin de cuentas todo era nuevo para mi, así que necesitaba ponerme muy atento para no perderme.

Mi buen amigo Pablo había planeado un par de visitas para mi estancia, otras fueron saliendo con el paso de los días.

Para comenzar al otro día de mi llegada, una visita a una vendimia de Vino en un pueblo llamado Buhín, era la primera vez que yo estaba en algo así, carne por todos lados, artesanías y por supuesto mucho vino y chelas, que hacían del ambiente algo muy festivo.





¿Que tal ver a los pobladores bailar Cueca o ver un concurso de pisa de uvas?, estaba pasandola realmente bien, a pesar de no ser un fanático ni conocedor del vino, la degustación estuvo super buena!




No es lo mismo tener a un Chileno en México que ser un Mexicano en Chile, pensé que sabía sobre su cultura y sus costumbres pero me quedé corto al ver la gran diversidad de cosas que tienen nuestros hermanos en el Sur.

Imaginen lo que fue llegar a un bautizo después de esa vendimia de vino y ser recibido con un Pisco Sour no más pa ambientarnos en el lugar, la fiesta continuó así hasta el anochecer que rematamos con otro asado en en la casa y una buena plática de amigos, como dice la canción "los amigos de mis amigos son mis amigos" y así me lo demostraron toda la banda que por allá conocí.

El domingo estuvo destinado a Valparaiso y a Viña del mar... A mi se me figuró como tener a Veracruz y Acapulco juntos, tan solo un kilómetro de distancia los separa, la analogía va porque uno es un puerto tradicional y el otro es un lugar de fiesta y zonas residenciales, ambos lugares son bonitos, pero Valparaiso conserva un ambiente cultural urbano muy especial, no por nada en ese lugar se encuentra La Sebastiana, una de las casas de Pablo Neruda.






De las cosas más sobresalientes que me encontré en Valparaiso fueron sus paredes con grafiti, los funiculares, los callejones y una de las chorrillanas más ricas de Chile, eso me dijeron mis amigos y lo confirmó mi paladar!!!

El lugar donde la venden es en el famoso J. Cruz, que además de vender chelas y ese delicioso platillo típico, encuentras un mini museo hecho por la gente que los visita, las paredes y las mesas están rayadas con mensajes del recuerdo, también hay fotos y credenciales en algunos rincones, yo dejé la mía, además de la decoración con objetos raros que ya son parte del patrimonio del restaurante.

Aquí unas fotos de el J. Cruz de Valparaiso!!






Y por acá les dejo una fotos de como lucen algunas calles de Valparaiso, ustedes juzguen.







Es una lástima que en la Sebastiana no dejen tomar fotos, pero recorrer los cuatro pisos del lugar y pensar en los pachangones que organizaba Neruda con sus amigos artistas me hizo volar la imaginación!



Si visitan esa casa en Valparaiso échenle un ojo al baño que está junto a la cantina, es la pura onda.

El día que visité Viña del Mar, si ese donde se hace el festival de música, había un gran incendio, las nubes grises rodeaban el lugar, el olor a quemado impregnaba la ropa, eso no era muy cómodo que digamos pero la verdad es que el paisaje era muy lindo y ver el mar siempre me emociona, lo que si es que el mar chileno es como los toros, para verse de lejos, el agua es helada, solo mojé mis pies y setí el frío hasta la rodilla.






El día terminó cansado por tanta caminata, así que había que volver a casa para recuperar fuerza, aún faltaban varios días y muchas cosas por hacer.



De regreso en Santiago y como prometió Pablo era momento de visitar el mercado central, "Paila marina para mi y una cerveza cristal", había que probar de todo no? esa comida estuvo aderezada con la presencía de el buen Felipe, quién se dió un espacio en la agenda pa comer con nosotros.


Ya comidos y después de despedir a Pipe llegó la hora de conocer la Piojera, un famoso lugar no turístico pero que todo turista quiere y debe conocer, la especialidad de la casa son "Los terremotos" un vaso grande de vino con alcohol , helado de piña y no se que más, la receta exacta es aún un misterio para mi, se toma con popote, con uno se te mueve el piso pero si quieres rematar lo que se recomienda es pedir una "réplica" pa que termine lo que el terremoto ya empezó.




El saldo final de esa tarde fueron tres terremotos y una réplica, así que decidimos mejor salir de ahí o nos ibamos a derrumbar, pasamos al mercado y después de descubrir entre las artesanías lo que al otro día sería una nota para Publimetro Chile, regresamos a casa.

Inocentemente pensé que era momento de descansar, pero al parecer la noche apenas comenzaba y la llamada de Arturo Figueroa cambió los planes para ese momento.



En resumen, esa tarde tranquila de Terremotos, más una visita a Bellavista, más el Bar Don Rodrigo solo pudieron llevarnos a el Oliver, un lugar muy coqueto con chicas que desde que entras al lugar se te acercan y te piden una cerveza que cuesta 14,000 pesos chilenos para estar contigo un rato, si quieres fumar unos cigarros te cuestan 6,000 pesos, si de casualidad tu también quieres beber algo pues son otros 6,000 y si ya quieres que la compañía sea más divertida e "intima" en la parte trasera del lugar, súmale a la cuenta otros 10,000 pesos(investigué los precios solo para contárselo a ustedes eh!), la verdad es que no planeaba gastarme mi dinero en algo que puedo hacer en México, así que después de una chela y una charla llegó la hora del regreso.

Llegaba así el verdadero reto, volver a casa... esa noche lo hice con los ojos bien abiertos, no había estado a solas y menos en esas condiciones desde que llegué, todo se veía diferente y a veces de hecho ni se veía, pero al final de cuentas la meta era no perderse y saben? no lo hice!!!


Dentro de Santiago hay dos cerros turísticos y con bastante história, San Cristóbal es el que tiene una virgen monumental en la punta y una panorámica perfecta de Santiago, el Cerro Santa Lucía es importante porque es donde fue fundada la ciudad, el paseo por ahí es entretenido y largo, así que no se los recomiendo si van crudos.

Desde arriba de San Cristóbal pude notar que Santiago, al igual que la ciudad de México, es una urbe muy contaminada, algunos chilenos me han dicho que hay temporadas en que no se alcanza a ver nada desde arriba, para llegar ahí pueden hacerlo caminando o simplemente tomar el funicular que tarda menos de cinco minutos en subir!!!

En ese mismo cerro se encuentra Zoológico de Santiago que yo no visité por falta de tiempo.

Algunas postales del cerro San Cristóbal





Por cierto, muy cerca del cerro San Cristóbal, en el barrio Bellavista se encuentra la Chascona, otra de las casas de Pablo Neruda que durante el golpe militar fue saqueada y maltratada pero hoy se conserva como museo, dentro de la casa aún hay muchos objetos que Neruda conseguía por todos lados, nuestra guía ese día nos contó que el poeta se autodenominaba "Cosista" porque amaba comprar y coleccionar objetos viejos y extraños. En unos de los cuartos pueden encontrar el premio Nobel que ganó en 1971, y en una sala se conservan dos cuadros de sus grandes amigos mexicanos Siqueiros y Rivera.

Aquí la fachada y cantina de la casa, lo único que dejan fotografiar.



Regresando a los cerros, en Santa Lucía se fundó la ciudad, es un lugar poco visitado por Chilenos, pero dedicarle un par de horas para recorrerlo es entretenido, tiene una vista diferente de la ciudad, además de estar repleto de árboles, se los recomiendo si van para allá porque pueden aprovechar la tranquilidad del lugar para relajarse o leerse un buen libro.

Imágenes de Santa Lucía








Hay una zona de museos en la llamada Quinta Normal, desafortunadamente para mi cuando estuve por allá, varios de ellos permanecían cerrados debido a que aún estaban dañados por el terremoto que sacudió el país el año pasado.

Tienen un museo del ferrocarril con máquinas muy antiguas, es un terreno muy grande, pero una vez más no encontré ni un alma que anduviera por ahí aunque fuera por cusriosidad.





En frente hay un edificio construido en 1889 que representó a Chile en la Exposición Universal de París, hoy hospeda el Museo Artequin, la estructura del edificio es metálica lo que lo hace muy atractivo a la vista, por dentro no hay mucho que ver, pero seguro se quedan un rato admirando la fachada.


Después de un rato largo de caminata llegué a la estación central, dentro tiene un mercado donde pueden comprar recuerdos y por supuesto ver los trenes que van al sur...



Los días por aquellos rumbos transcurrían cada vez más rápido, mucho que ver y poco tiempo para hacerlo, la oferta cultural es variada, los paisajes urbanos conformados por construcciones antiguas y modernas convierten a santiago en una capital muy especial.




Afortunadamente mi buen amigo Pablo me acompañó al café con piernas antes de volver a México, yo me sigo preguntando ¿Por qué nuestro país no importa esa excelente idea Chilena? Tendría mucho éxito aquí.

Anduvimos dando un rol por el paseo Ahumada y vimos varias opciones pero al final nos decidimos por el "Alibabá", parecía un antro oscuro con luces de neón y buena música, para la bienvenida lo normal y lo que normalmente se acostumbra es saludar con dos besitos a la chica que nos recibe, $1,000 cuesta un capuchino que se adereza con la amabilidad de la anfitriona y la super buena onda con los turistas, así como era su servidor en aquel momento. Estos cafés están abiertos de nueve a nueve, hay dos turnos de trabajo para que no se haga tan pesado, las chicas se esfuerzan siempre por brindar el mejor servicio, el perfil de los clientes es generalmente oficinistas del centro que pasan para relajarse un poco del stress que les provoca su trabajo y la ciudad.

Se que mueren por ver fotos del "Alibabá" pero los decepcionaré, no tomé fotos porque me concentré en la charla con nuestra mesera, que insisto se pasó de buena onda conmigo.

El jueves antes de regresarme pude visitar la moneda, recorrido que solo se puede hacer si reservan con una semana de anticipación, en mi caso de eso se encargo mi carnalita Pancha, quién junto con el buen Javier acudimos puntuales a la cita establecida, es entretenido visitar un lugar tan polémico, sus pasillos y salones tienen cuadros con representaciones de héroes que antes eran desconocidos para mi, y hasta una capilla donde se ofician misas católicas y protestantes una vez a la semana respectivamente.

Los militares, vestidos de blanco, vigilan las puertas de todos las salas, además es curioso ver como algunos chilenos se emocionaban cuando ven a ciertos funcionarios caminar por los pasillos, afuera del recinto se encuentra una escultura en honor a Salvador Allende, a la que algunas personas le llevan flores de vez en cuando.








Finalmente, el viernes santo mientras toda la ciudad lucía triste por la lluvia y los lugares se mantenían cerrados, Alex , el primo de Pablo, me llevó a conocer Pomaire, un pueblo cercano a Santiago y que se caracteriza por la fabricación de productos de greda, dicen que las empanadas de ahí son la especialidad, de haberlo sabido antes lo hubiera probado, yo le entré al pastel de jaiba y no me arrepiento, definitivamente un platillo para chuparse los dedos.


El momento de mi regreso estaba muy cerca y había que volver a casa a poner todo en orden, y así lo hicimos.

La idea de todo viajante es siempre conocer lugares y aprender, cuando vayan no dejen de subirse al metro, caminar las calles, hablar con la gente, probar la comida, visitar la estación central, recorrer los mercados, eso les dará una visión más clara de lo que es estar en esa ciudad.

Esta es la entrada más larga que he escrito hasta ahora, ojalá hayan llegado hasta estas últimas líneas, se que son demasiadas letras pero definitivamente esto es un mini resumen de una de las mejores vacaciones que he tenido lejos de mi país, reencontrarme con la familia Cavada Flots fue muy gratificante, se pasaron con la hospitalidad!!!

Me regresé de Chile contento de convivir con viejos y nuevos amigos y hoy desde casa puedo decir que esa gran experiencia debe repetirse.





1 comentario:

  1. Mis favoritas: los grafos de Valparaíso, me ha encantado la crónica de su viaje querido colega. le quiero mucho!

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